Las personas más vulnerables del mundo luchan por cubrir sus necesidades básicas diarias. El agua y los alimentos son fundamentales para la supervivencia, pero el agua potable sigue fuera de alcance para 2.100 millones de personas y la seguridad alimentaria está en creciente peligro por los efectos del cambio climático.
Protegiendo lo esencial
En la actualidad, una persona de cada cuatro en el mundo carece de acceso al agua potable, un derecho humano fundamental. El hambre va aumentando, exacerbada por los conflictos y la desigualdad que se han agravado durante la pandemia del Covid-19. Sólo en 2020, otros 71 millones de personas se han visto abocadas a la pobreza extrema.
El cambio climático está agravando los problemas a los que se enfrentan los más vulnerables. Los desastres relacionados con el clima y la sobreexplotación de los recursos naturales son amenazas urgentes. Provocan sequías, inundaciones y pérdidas de cosechas, poniendo en peligro la base de los sistemas de suministro de alimentos a nivel mundial.
Nafissatou Bagana, partera de la sala de maternidad de Sirarou, Benin
Nuestro trabajo
Helvetas ayuda a las comunidades y a los gobiernos a distribuir los recursos hídricos de forma equitativa, a gestionar de manera sostenible los servicios de suministro de agua y saneamiento, y a mejorar las prácticas de higiene. También reforzamos los sistemas alimentarios garantizando los derechos sobre la tierra, promoviendo buenas prácticas de gestión agrícola y abogando por políticas que aumenten la disponibilidad de alimentos asequibles y saludables.
Incrementar el acceso a los mercados y mejorar los servicios son componentes fundamentales del desarrollo sostenible. Helvetas apoya la construcción y el mantenimiento de puentes, carreteras rurales y caminos para garantizar a la población la posibilidad de vender sus productos y acceder a los servicios y bienes necesarios.
El cambio climático está afectando en mayor medida a las comunidades más pobres y vulnerables. Helvetas trabaja con estos grupos para crear resiliencia a través de la gestión integrada del paisaje, la toma de decisiones con conocimiento de los riesgos y la mejora del acceso al financiamiento para el clima.