Pakistán

En los últimos años, Pakistán ha luchado por frenar el extremismo y el terrorismo transfronterizo. La población se mantiene en vilo no sólo por la situación de seguridad, sino también por el cambio climático. Los monzones han cambiado: a menudo, algunas áreas reciben poca lluvia y otras demasiada. Las consecuentes inundaciones destruyen el medio de vida de miles de familias de agricultores cada año. En el 2010, una desastrosa inundación azotó el norte de Pakistán y destruyó las viviendas de casi 11 millones de personas. Aún más devastadora fue la catástrofe de las inundaciones del verano de 2022, que afectó a 33 millones de personas. 1.700 personas perdieron la vida. Por otro lado, las condiciones de sequía han causado problemas de salud generalizados, incluida la desnutrición y retrasos en el crecimiento.

Agua potable segura, mejor control de las inundaciones

Helvetas centra sus esfuerzos en mejorar los medios de subsistencia de las comunidades de las zonas más pobres del país, las provincias de Khyber Pakhtunkhwa, Punjab, Baluchistán y Sindh. Helvetas fomenta la gestión sostenible del agua y el uso cuidadoso de esta en la agricultura para moderar el uso excesivo en zonas de captación. Helvetas facilita procesos en los que autoridades y agricultores trabajan conjuntamente en la gestión del agua para garantizar que se tengan en cuenta las necesidades locales en torno al agua. Helvetas también proporciona agua potable y mejora la prevención de las inundaciones.

Escolarización de las niñas y niños refugiados de Afganistán

Después de que los talibanes tomaran el poder en agosto de 2021, miles de familias se trasladaron a Pakistán -debido a la proximidad de la frontera y a la diáspora en Pakistán- a pueblos de refugiados establecidos para los afganos desde la época de la guerra rusa, o fuera de los campos para quedarse con parientes. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 117.547 personas han llegado recientemente a Pakistán, de las cuales el 53% son menores de 18 años. 

En Pakistán, la mayoría de las personas afganas, entre las que se encuentran niños de más de 10 años e incluso más jóvenes, trabajan como jornaleros para cubrir sus necesidades diarias. Los proyectos que trabajan con la población refugiada afgana están diseñados para apoyar a las niñas y niños afganos recién llegados y prepararlos para su integración en el sistema educativo formal de Pakistán: los niños que cumplen los requisitos se matriculan en centros de educación no formal, creados y gestionados como parte del proyecto para niños no escolarizados. Estos centros ofrecen programas de transición y recuperación. Otro aspecto que se tiene en cuenta son las necesidades alimentarias básicas de los recién llegados.

Mejor apoyo para el alumnado

Además, apoyamos a escuelas en sus esfuerzos por preparar bien al alumnado frente a futuros desastres. Con el fin de mitigar los efectos de la sequía y la desnutrición, educamos a las comunidades rurales en la agricultura sensible a la nutrición, huertas familiares, diversidad dietética y manipulación de alimentos. Como el cambio climático afecta de manera directa a la agricultura, formamos a los agricultores en prácticas y tecnología agrícolas con uso eficiente del agua y los guiamos en el uso de los pronósticos climáticos para la planificación agrícola.

Nos aseguramos de que la población en su totalidad se beneficie de todas las actividades, en especial los grupos desfavorecidos, incluidas las niñas y las mujeres en particular. Con frecuencia resulta una tarea compleja en las áreas mayormente conservadoras de Pakistán.

Mejores habilidades para un trabajo digno

En países en desarrollo como Pakistán, la mano de obra, incluidos los niños en edad de trabajar, suele trabajar en los sectores formal e informal y en pequeñas y medianas empresas (PYME), en un entorno laboral explotador y peligroso. Muchos niños de familias paquistaníes deben trabajar para pagar la deuda familiar o contribuir a los gastos mensuales de la familia. Aunque Pakistán ha ratificado los convenios de la OIT sobre trabajo infantil y ha promulgado leyes para erradicarlo en el país, sigue existiendo la peor forma de trabajo infantil. Los medios de comunicación informan con frecuencia de casos de explotación, violencia física y tortura de trabajadores domésticos.

La mayoría de las niñas y niños que trabajan en Pakistán están expuestos a condiciones y riesgos peligrosos. Empiezan a trabajar a una edad demasiado temprana y cambian de un sector a otro.

Helvetas, a través del proyecto Skills for Decent Employment (SDE), tiene como objetivo el desarrollo de habilidades y la mejora de la situación de los niños en edad de trabajar y lucha por conseguir unas condiciones laborales seguras y dignas en los lugares de trabajo. Del mismo modo, el proyecto se esfuerza por capacitar a las trabajadoras domésticas (niñas y mujeres jóvenes) para que conozcan sus derechos y se preparen para que logren recibir ingresos alternativos en condiciones de trabajo dignas y seguras.

Visite el sitio web de Helvetas Pakistán en inglés.

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