Gracias a Helvetas, familias que producen y cosechan cacao silvestre en la Amazonía boliviana, han mejorado sus ingresos y calidad de vida como resultado de la incorporación de prácticas de manejo integral y la aplicación de buenos hábitos de recolección de cacao, logrando cuidar y restaurar los bosques y la conservación de la biodiversidad .
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Nombre del proyectoCacao Amazónico de Calidad
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Fase del proyecto2016 a 2020
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FinanciamientoDonaciones y contribuciones
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Enfoque temáticoEconomías sostenibles inclusivas
Este proyecto se completó en 2020.
Cacao para el desarrollo
El Parque Nacional Madidi, una de las cinco reservas naturales más biodiversas del mundo, está bajo presión. La extracción de oro, la exportación de madera exótica y el cultivo de arroz ponen en peligro al ecosistema en la cuenca del Amazonas al norte de La Paz. La presión sobre el ecosistema se ve incrementada por los pequeños propietarios de tierras que luchan por asegurar un modesto sustento en el bosque aparentemente inagotable. En el área alrededor del parque, un proyecto de cacao de Helvetas ahora les proporciona un ingreso adicional sin tener que despejar más tierra.
Los pequeños agricultores en la zona de captación del río Beni ya habían comenzado a recolectar cacao silvestre y a secarlo sin ningún procesamiento posterior. Pero obtenían precios bajos de mercado por el cacao. En el primer paso del proyecto de cacao de Helvetas, aprendieron a fermentar los granos antes de secarlos, lo que permite que el cacao desarrolle todo su espectro de aromas. Los agricultores hicieron un muy buen trabajo: solo tres años después del inicio del proyecto, su cacao boliviano fue calificado como uno de los mejores del mundo en el Salon du Chocolat de París.
Como parte del proyecto, más de 600 familias de agricultores han comenzado a plantar árboles de cacao de su propia cosecha en el bosque. El objetivo es crear 500 hectáreas de agrosilvicultura ecológica y producir 100 toneladas de cacao de alta calidad.
Helvetas conecta de forma eficaz a los productores de cacao bolivianos con los distribuidores y las agencias estatales. Varios productores en La Paz y Sucre ya aprovechan los buenos precios del cacao silvestre de la cuenca del río Beni y lo están procesando para convertirlo en chocolate. Por lo tanto, apostar por la calidad y la agricultura de bajo impacto ha dado sus frutos. Siempre que los precios de mercado sean lo suficientemente altos como para que los agricultores puedan ganar su sustento, este enfoque ecológico alivia la presión sobre la selva.
El proyecto ha logrado el cambio en la vida de las familias y ha provocado efectos en los sistemas de mercado.
Armando Yarari (izquierda), recolector de cacao, presidente de la Asociación de Productores de Cacao de Carmen del Emero, que ganó el prestigioso Premio Internacional del Cacao de Excelencia en el Salon du Chocolat en París (Francia).