En Apurímac, la mayor parte de la población está dedicada a la agricultura familiar, actividad central para la vida familiar y la cohesión comunal de las comunidades campesinas. Las familias son custodias de conocimientos ancestrales y material genético, que preserva la agrobiodiversidad del territorio y de la cual depende la alimentación de la región (Kometter, 2018; Ramírez, 2021).La pandemia del COVID-19 ha significado, para las comunidades de la región Apurímac, una situación con muchas aristas, con aspectos sociales y económicos que agravaron la emergencia sanitaria.
“Durante la pandemia, nos dimos cuenta que los bonos y apoyos muchas veces no llegaban a las comunidades campesinas, quienes por el miedo a la enfermedad se aislaron para evitar el contagio masivo; pero ese mismo cierre generó que entre mayo y junio (del 2020) muchas cosechas se perdieran” Augusto Ramírez, CEDES Apurímac
La situación de inamovilidad colocó a las familias en la imposibilidad de transportar los productos agrícolas, desde las distintas localidades de producción hacia los puntos de comercialización, con los procedimientos usuales, a lo que se sumó el retorno de migrantes a sus comunidades de origen. Esto ocasionó un aumento en la demanda de alimentos, afectando la disponibilidad de cosecha y semillas. Por ello, la prioridad de trabajo fue evitar la pérdida de la campaña agrícola y aumentar la producción de alimentos, para lo cual la organización comunitaria y el apoyo de las instituciones resultó fundamental.
Las autoridades comunales y locales se organizaron para el traslado de productos básicos y de cosechas agrícolas para su comercialización en el centro urbano de Abancay, acciones que desde el Programa Bosques Andinos se apoyó, facilitando el transporte y brindando asesoramiento técnico para la implementación del mercado itinerante de Apurímac. Además, bajo condiciones de bioseguridad necesarias, se trabajó también la elaboración y difusión de material informativo sobre protocolos de bioseguridad para la actividad agrícola familiar.
Sin embargo, la problemática de la pandemia se mantuvo a lo largo de todo el año 2020, y está vigente a la actualidad. Por ello, fue necesario que los actores locales propusieran medidas de adaptación para el corto y mediano plazo.
“El escenario tan incierto nos llevó (a las organizaciones locales) a proponer que el Gobierno Regional piense en ayudar a los agricultores, para que no se genere mayor crisis y se cubra la canasta básica familiar” Augusto Ramírez, CEDES Apurímac.
Fue así que las organizaciones locales, entre ellas CEDES Apurímac, con apoyo del Programa Bosques Andinos, participaron del proceso de formulación del Proyecto de Inversión Pública “Apoyo a la agricultura familiar en Apurímac”, que se ejecutó entre Agosto del año 2020 y Febrero de 2021 en 5 provincias de la región, atendiendo las necesidades de asistencia técnica y de semillas para la campaña agrícola, de forma que muchas familias reactivaron su producción, en especial de cultivos de consumo local como papas y hortalizas.
A raíz de esta experiencia y buscando su consolidación y sostenibilidad, actualmente CEDES Apurímac está trabajando en la formulación de proyectos de soberanía alimentaria para las comunidades del distrito de Huanipaca, en donde tiene intervención el Programa Bosques Andinos, como un complemento a las acciones de restauración y manejo sostenible del paisaje.
“Nuestra intención es que los procesos que se van trabajando alcancen una mayor organización, para que esto no sea un programa de atención a una emergencia; sino que se consolide en la gobernanza comunal para la soberanía alimentaria”