El emprendimiento de la población migrante venezolana puede tener efectos positivos para el desarrollo socioeconómico del Perú. Sin embargo, actualmente, la población migrante se encuentra excluida de medios que le permitan generar emprendimientos sostenibles y no cuentan con las herramientas para iniciar o hacer crecer sus negocios. Este es uno de los hallazgos de un reciente estudio basado en el análisis del emprendimiento realizado por la consultora Equilibrium CenDe; trabajo encargado por de Helvetas Perú a través del proyecto “Asistencia humanitaria regional: una respuesta a la crisis socioeconómica venezolana y sus consecuencias en Colombia, Ecuador y Perú”, ejecutado por la Aliance 2015, y gracias al apoyo de la Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (ECHO).
En este estudio se lograron identificar las principales brechas que limitan el acceso a oportunidades para generar emprendimiento en el Callao y distritos aledaños de Lima, a partir de ello mapear iniciativas con potencial de crecimiento, identificar las capacidades de la población venezolana para acceder a empleos y emprender, así como la respuesta de las diferentes instituciones nacionales e internacionales en la temática.
Gustav Brauckmeyer, de Equilibrium CenDe, explicó que la vulnerabilidad en los inmigrantes es mayor que los propios peruanos que se encuentran en esa condición, al no contar con documentos migratorios regulares, poca información sobre iniciativas dirigidas a esta población, siendo estos factores que limitan el acceso a oportunidades laborales y al desarrollo de emprendimiento, afectando su integración socioeconómica.
Una de las características de la población venezolana que inmigro al Perú, es ser población joven que forma parte de la población económicamente activa (PEA): “el grueso de los migrantes se encuentran entre los 18 y 45 años, y por ende puede generar un impacto económico positivo. De hecho las migraciones masivas de este tipo, generan doble impacto positivo en el mediano y largo plazo en los países receptores”, precisó.
Otro aspecto es el valor del capital humano que en su mayoría tiene estudios superiores o técnicos, “la población inmigrante venezolana tiene un nivel de formación promedio superior a la población local, ¿cómo podemos aprovechar ese capital humano como país receptor para que el proceso de integración sea eficiente y el resultado sea un impulso al crecimiento y desarrollo socioeconómico del país y no una generación de tensiones sociales?” . Asimismo, afirma Brauckmeyer, que es en las mujeres donde el promedio de nivel educativo de la población migrante es mayor que la local.
Además, se confirma que “las mujeres han migrado en gran proporción con sus hijos, mientras que los hombres migraron solos, y su proceso de integración fue más complejo cuando una mujer es inmigrante”.
El acceso al financiamiento es uno de las mayores dificultades. “La mayoría de la población venezolana no está bancarizada; al haber llegado recientemente no tiene historial crediticio, cuenta con muy pocas redes sociales y redes de apoyo familiares que le puedan brindar asistencia o dar recursos para su emprendimiento, y el factor de que migraron en una condición muy vulnerable que no les permitió tener ahorros, entonces la combinación de estos factores hace que no puedan emprender de manera sostenida, eso le permite tener un trabajo más de subsistencia”, resaltó.
Además, se encuentra en una condición irregular en el país, “tener documentos es muy importante en la formalización de los negocios, en el acceso al financiamiento y al acceso a las oportunidades y programas que ofrece el Estado Peruano en todos sus niveles para la población documentada”.
El desarrollo de este tipo de estudios es fundamental para contribuir a la mejor integración de la población venezolana en el país, reconociéndola como una realidad que se debe afrontar de manera constructiva. “Es la única manera de entender el tipo de intervenciones que necesita la población migrante para tener el proceso de integración, permiten (en referencia a los estudios) contar con recomendaciones y acciones a todo nivel, desde políticas públicas hasta intervenciones de sociedad civil en las maneras como se podrían articular respuestas eficientes”, concluye Brauckmeyer.