Christoph Gurk, corresponsal de Tages-Anzeiger de Suiza, escribió un impresionante artículo sobre los refugiados venezolanos en Perú para el "Süddeutsche", que tiene un alcance de 2,8 millones, para el "Tamedia" impreso y en línea, con mención a Helvetas y con declaraciones de Erika Collado, especialista en Perú.
Resumen del artículo:
- El 6 de marzo se confirmó la primera infección de Covid-19 en Perú. Casi en ningún otro lugar de América del Sur el virus ha hecho estragos como en el Perú: más de medio millón de personas han sido infectadas; hay casos no registrados; las clínicas están sobrecargadas.
- Ahora, después de meses de encierro, incluso "los perdonados" se enfrentan a la ruina: cientos de miles han perdido sus trabajos. Los refugiados de Venezuela son particularmente afectados.
- 5 millones de venezolanos han abandonado el país desde 2015 = el mayor movimiento de vuelo en la historia de América del Sur. Hace más de un año, Ruby González Finol (31 años, ex experta en comunicaciones), su esposo y sus dos hijos llegaron a Perú - con poca ropa y un colchón de aire, en el Callao, una ciudad portuaria cerca de Lima. González no pudo encontrar un trabajo y vendió dulces en la calle (con los niños). Para que pudieran sobrevivir (el hombre encontró un trabajo en una comunidad).
- El Covid19 afectó todo. El Perú tiene uno de los toques de queda más severos de la región; González no ganaba nada más, el salario de su marido fue recortado. Para el alquiler (una pequeña habitación en un apartamento que comparten con otros 5) todavía era suficiente, para la comida no más.
- Cita de Erika Collado: "Muchos venezolanos están haciendo ahora trabajos demasiado peligrosos para los peruanos en la pandemia. (...) Muchos no van al médico en absoluto porque tienen miedo de infectarse en una clínica. Pero nadie puede permitirse el lujo de permanecer en cuarentena en casa."
- Cita a Helvetas diciendo: "Helvetas trata de apoyar a los migrantes con pagos de ayuda. Ruby González Finol también recibió ayuda de la organización suiza, la única forma en que pudo sobrevivir a la cuarentena, dice. Con el dinero finalmente pudo comprar comida, además de algunos termos. Ahora ofrece café y pasteles en el mercado del Callao. Es más rentable que los dulces".